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sábado, 4 de abril de 2009

Sobre el Día Internacional de la Mujer por José Tlatelpas

Publicamos aquí un texto del maestro Tlatelpas sobre El Día Internacional de la Mujer, publicado en la revista Poder Popular, marzo del 2009. Agradecemos la autorización para publicar este material.


“Mujeres de mi país,
ramillete de amor
os saludo.”

Roni Lescuflair, poeta haitiano

Judith Reyes, La Embajadora Libertaria

Nació en Cecilia, Tamaulipas el 22 de marzo de 1924 y murió el 27 de diciembre de 1988. Dio voz, inspiración y aliento a los más pobres y los más humildes quienes, ante la violenta respuesta del sistema autoritario a las demandas sociales, se radicalizaron. Judith se convirtió en la voz y el canto en pro de la libertad y los derechos del pueblo y de los trabajadores democráticos que no podían manifestarse libremente, so pena de sufrir salvaje represión. Su música se presentó en películas de la Época de Oro del cine mexicano y compuso canciones para varios artistas famosos, entre ellos Jorge Negrete.

Con José de Molina, y el grupo de Los Nakos, quienes siguieron su ejemplo, su obra puede ser considerada como la historia musical de la lucha política del pueblo mexicano en la segunda mitad del Siglo XX. Su obra musical es un testimonio vivo e indispensable de los sesenta y de los setenta mexicanos.

Los conciertos eran como ella, llanos y claros. Se asistía a informarse y a solidarizarse con Judith y con todos. El optimismo que transmitía, nos convencía que un día habría un futuro mejor y posible.

Recordar a Judith, es recordar a quienes lucharon por un México distinto, más justo y más fraterno.

Mamá África: Myriam Makeba

Myriam Makeba, Mama África, como la llamara con afecto y respeto Nelson Mandela, estuvo exiliada por el régimen racista de África del Sur por su participación en la cultura popular y en la izquierda de su país. Una de sus canciones, “Pata Pata”, fue famosa mundialmente en los años 70. Estuvo casada con Stokely Carmichael, uno de los fundadores del grupo The Black Panthers. Durante décadas promovió internacionalmente la lucha contra el apartheid y por el respeto a los derechos humanos y políticos en África. Murió en noviembre del 2008, en Italia, a raíz de un paro cardíaco que le sobrevino después de presentar un concierto de solidaridad en contra la mafia y por la vigencia de los derechos humanos.

Martha Jean Claude, el Tesoro de Haiti

Martha Jean Claude, exiliada más de tres décadas de Haiti durante la sangrienta dictadura de Duvalier, fue una de las pocas sobrevientes de los grandes artistas haitianos libertarios. Logró el refugio en tierra cubana desde donde se convierte en la embajadora del Caribe. Antes de la Revolución Cubana grabó discos junto a conocidos artistas de esa isla, entre ellos La Sonora Matancera y Celia Cruz, sin embargo, al igual que Benny Moré, Jean-Claude comprendió que el papel de los grandes artistas está vinculado al destino de sus pueblos y no sólo en la fama y el dinero.

Su obra está compuesta de bellísimas canciones populares y libertarias en creole, francés y castellano. Para salvaguardar su vida, vivió en Cuba durante casi toda su vida. Después de su largo exilio, regresó a su tierra natal para besar su suelo apenas descendió del avión que la llevó de regreso.

Sin lugar a dudas, Martha es el más claro exponente de la canción haitiana, no sólo como cantante, sino como una mujer que ha hecho historia. Dejó de existir en la Habana en marzo del 2002 ante el llanto generalizado de su pueblo.

Hoy y siempre recordamos a estas grandes artistas, voz de nuestros pueblos y ejemplo para el mundo.




Judith Reyes, en un grabado del maestro Reynaldo Olivares



Andando en tierras lejanas
ay Dios, escribí un corrido
porque me gustó la historia
de un líder cañero bravo
como pocos lo han sido.
Y sucedió que en Los Mochis
cantando a mitad de plaza
con la banda y la tambora
de Don Porfirio Amarillas
llega un fulano y me abraza.
Óigame usted cantadora
yo desde lejos la vi
y al escuchar su corrido
le juro por la tambora
que entero me estremecí.

Judith Reyes





Myriam Makeba, “Mama África”en uno de sus últimos conciertos, foto de Haags Utiburo.


“En cada comunidad, en cada nación, la gente está haciendo pequeñas y grandes cosas para ayudar a construir un mundo mejor. Piensa en lo que se ha logrado hasta ahora: la exploración espacial; comunicaciones satelitales; trasplantes de corazón. Actualmente, nosotros hemos logrado lo que generaciones anteriores jamás soñaron. Pero, mira, ahora alrededor del mundo hay 820 millones de personas que no tienen para comer. Y ésto no tiene que ser así.”
Myriam Makeba






Disco con foto de “Mamá Caribe”, Martha Jean-Claude

“El pueblo haitiano no es sólo rico en canciones. La más grande riqueza de Haití es su historia. La revolución haitiana fue la antorcha de la libertad en este continente...”
Martha Jean Claude



Y, finalmente, como referencia, tres videos sobre estas mujeres ejemplares.

El primero es un video de CANO543 con una canción de Judith Reyes sobre la lucha de Guatemala contra Jacobo Arbenz en 1966.




El segundo presenta un video de smallstillvoice presentando a Myriam Makeba, con su canción Khawuleza, en 1966. Aquí representa una niña pidiéndole a su mamá que no deje que la atrapen las fuerzas represoras del apartheid, en Sudáfrica.




En este tercer video, producido por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos y presentado por LAMASCUBANA, en el que nos muestra a Martha Jean Claude cuando regresa a Haití, después de tres décadas de exilio, cantando en lengua creole.


miércoles, 11 de marzo de 2009

Biografía en inglés por Nahun Sánchez

Nahún Sánchez, desde Canadá, ha reeditado la biografía del poeta como fue publicada por El Boletín Biográfico, a mediados en 1994, en inglés con algunas pocas actualizaciones. José Tlatelpas, a biography. Presenta, también en inglés, una biografía del muralista José Hernández Delgadillo, otra del poeta hispanofilipino Edmundo Farolán Romero, y una breve descripción de la revista La Guirnalda Polar.

Camilo C. Garduño

sábado, 3 de enero de 2009

Poema a la ciudad de Toluca y pintura por José Tlatelpas







TOLUCA

Ya aflora la constelación de nieve.
Ya se agita el viento blanco.
La Luna sienta su sensualidad, es la laguna.
El cráter del Nevado calienta las estrellas.
Toluca, el hielo de Luna enamorada.
Hielo seco, morena celeste y movediza.
Toluca, Luna en lontananza, transcurso de las flores,
relámpago discreto en la venada blanca.
Hoy el viento frío profana la tibieza de mis muslos.
Soy casi el ave, cantando en el bullicio.
Ya tus plumas adornan los pétalos de nube.
Ya soy tan sólo el pobrecito, el cascabel de rutas.
Toluca, la gelidez celeste del abismo.
Toluca, la red de flores
horadando el rostro de la noche.
Eres como un maguey de petalitos,
red de rocío, sus constelaciones movedizas.
Hielo, Luna, montaña, color e incertidumbre.
¿Quién soy yo, Toluca, para ofrendarte con papeles?
¿Quién soy yo para tejer mis palabras con tus senos?
Sólo es mi aliento que cristaliza en tu blancura,
es mi canto, es mi vaho, casi es nada.
Toluca, la sequedad enamorada de la Luna.
Un espejo perfumado, un conejo en el espejo.
Toluca, la brisa de las flores, su airoso corazón.
Dicen que estás vestida con mayas de poesía,
dicen, que nadie conoce tu rostro de nieve fulgurante.
Dicen que nadie te ha nombrado, Laguna Circunspecta,
Toluca-Luna, Cascabel Divino, La Nieve del Maguey Azul.
Toluca, yo te he visto sin tus ropas,
en tu jardín de Nubes-agua,
de Nubes-viento, de Nubes-flor,
de Nubes-caña.
La contadora de destinos, la inagotable y verdadera.
¿Qué puedo decir cuando te mire
Toluca... la niebla enamorada?
Ya es el frío, ya se detiene el salto de mi corazón
(Ya casi no existen corazones. Son piedras-antiguallas).
Amor de piedra negra, visitación de siglos.
Yo soy el que estuve, Toluca, permanezco entonces.
Incienso y flores danzaron el silencio de la noche.
Ya se van las lluvias, ya vienen los cometas.
Toluca, luna gemela del espíritu gemelo.
Aquí está el fuego de obsidiana, el humo del incienso.
Que lluevan flores en el lago de las 13 direcciones.
Que llueva tu recatada gelidez entre columnas.
Que llueva, sobre la pasión luminosa, en los jaguares.
Ya es el Rito de Creación.
Ya es la red henchida de cometas.
¿A dónde tu primicia femenina
dará asombro y muestra de pasión al Sexto Cielo?
Tropieza la escalada de mi aliento.
Ya va
suavemente, como corola, distraída y navegando.
¡Es el agua de la Luna, es su manantial de placenta y leche!
¡Como una barquita blanca navega mi palabra!
Yo no sabía nada de esto,
sólo vine a ofrendar mi flor entre la nieve.
Ya navega mi palabra en tu montaña.
Ya regresa mi escarchado aliento a donde canta el día.
Ya navego en tus espejos, Luna.
Ya soy estrella en la laguna.
Toluca: ¡Estás desnuda,
humea tu cráter sin sonrojo
ofrenda milenaria!

Poema a Ensenada y pintura por José Tlatelpas








ENSENADA

A Connie

Como una mujer candorosa
parece fría
pero su calor te vence.

Tiene la piel clara,
Los ojos
marinos.

Puede tener barcos
o simplemente arena.
Puede tener hoteles, almejas,
hasta telescopios, sí.
Pero es neblinosa como una mujer y,
de repente,
amplia como un almacén de ovarios.

Me gustaría recorrerla a caballo,
con una mujer de ojos claros,
venida del mar adentro,
en ancas sudada,
y con desmayos de arena.

Ya he visitado tu piel tan delicada
en el barco del Capitán Ugalde,
eran entonces los vientos madrileños.
Eran las rudas canciones vascas,
y aventurando
las velas inquietas de Santander.
Vine también en los retos libertarios,
en la huida cautelosa del cometa.

Finalmente, llegué perdido como un pez grande
de fino acero azul.
Entre tus aguas surgí,
luminoso, esbelto, caballo del Bajío,
para convertirme en rayo azul acero.

Hacia arriba saltamos,
buscando la corriente
y los soles se prendieron en la marea del viento.

Volví a sumergirme entre tus brazos
y obtuve el fuego del útero marino.
Casi me fundo entre tus genes
y me vuelvo un Casi Un.
Cardumen de estrellas me quedé sentado
en la playa de tus besos.
Entre caricia y caricia me escondí entre tus senos.

Quizá no te diste cuenta
pero soy un pez
que navega en tus olas ováricas de arena delicada.
Nunca me marché.

Desde el siglo pasado cuando había pasado, quedé
desplegando mi cuerpo bajo las olas,
abriendo la boca para tomar
oxígeno de tu azul, cobijo fresco de tu abrazo
mar de playa, puerto de caricias.

Ensenada del Noroeste,
Baja California, la grande.
Porque la Alta Alcurnia es chica,
comparada con la dulzura de tu brisa.
Ciudad mujer y misteriosa,
veleidosa amante,
ruborosa y sorpresiva.
Brutal y silvante en tu respiración.
La orgásmica de arena y brisa.
El pez de acerado azul se sumerge o salta,
escurre tu frescura en la calidez del cielo.
Dije.


1995